Después de unos cuantos años, más de uno se ha familiarizado
con el término “efecto Guggenheim”, lo hemos oído en algún bar o leído en algún
periódico desde hace ya más de una década.
Aún así, afortunadamente, muchos de los que leéis este blog
sabéis sobradamente que la regeneración de Bilbao no se limita al levantamiento
de ese famoso edificio y que él por sí solo seguramente no habría significado
más que otro desastre financiero y político de esos a los que,
desgraciadamente, nos hemos acostumbrado últimamente.
Si bien me guardo mi opinión personal sobre el plan de
actuación llevado a cabo en mi querida ciudad (aunque no puedo prometer
guardarme esa opinión en un futuro), es justo reconocer que han sido muchas las
decisiones acertadas que se han tomado los últimos años y quiero compartir aquí
la que, a espera de conocer su resultado final, parece la última de esas iniciativas
que hacen que, cuando todo parece perdido, vuelvas a confiar tímidamente en tus
representantes.
Muchas veces por distintos canales, hemos demandado soluciones sociales y culturales para barrios o zonas degradadas, soluciones meditadas y contrastadas con el fin de regenerar espacios olvidados de nuestras ciudades. Pues bien, he aquí el primer atisbo de cordura en Bilbao, un concurso abierto a cualquier ciudadano, de manera individual o conjunta, destinado a plantear el mayor número de propuestas de regeneración de distintas zonas de la villa (en un principio, una por mes hasta 10), Bilbao Txokoak se llama. Interesante, atractivo y esperanzador.
Ahora nos toca a nosotros, y a vosotros, y a todos aquellos
que nos quejamos y a los que nos importan nuestros barrios y ciudades, ahora
nos toca trabajar, pensar, preguntar e investigar para aprovechar la
oportunidad que tantas veces hemos exigido y que ahora por fin nos brindan,
porque el Guggenheim es importante, pero no tanto.
Redactado por Carlos Garmendia
Fotografías de Carlos Garmendia
Muy interesante Karlos! Gracias por el aporte, voy a ver si me entero bien de qué va el tema. :)
ResponderEliminar