lunes, 27 de junio de 2011

llenar(se) el espacio

Pablo P. - Valencia


Aunque sobadísima, siempre me encantó aquella definición del ejercicio de la profesión que sintetizó Le Corbusier en la frase "La arquitectura es el encuentro de la luz con la forma". O al menos, me gustaba más que su Plan Voisin. Sin embargo, se antoja incompleta en el mismo instante en el que el somos conscientes de que el ser humano es también golpeado por el mismo espacio, en un encuentro mucho menos amable. Sí, es aquella, si decidimos usar la lupa, una definición muy espiritual, que bien podrían haber hecho suya Jean de Chelles, en algún arrebato de frenesí religioso.

Es cierto, nosotros llenamos el espacio. Somos su contenido más importante la mayoría de las veces. Pero, al igual que la luz del sol parece manejar los hilos de la morfología con su movimiento, el ser humano también llena su más inmediato entorno. Lo que pasa, es que no todos los llenamos igual. Ni mucho menos.

La cultura occidental es una cultura de iconos. Su uso es una medida de protección por un lado, de reafirmación por otro. No queremos llenar los espacios con lo que somos, sino con lo que llevamos encima. Así, mientras una familia de clase media japonesa de los 50 guarda sus pocas láminas pictóricas en un cajón, en España es raro no ver en cualquier casa que se precie el Klimt de turno. Necesitamos hacer del espacio un  entorno nuestro. Los iconos ya mencionados, las fotos, el recuerdo del viaje a Lisboa, la máscara africana de hace tres años. No nos atrevemos a ocuparlo por nosotros mismos, quizás porque aquello sería la ejemplificación más dura y honesta de nuestra propia naturaleza. Y aquí es donde resulta inevitable hablar de la arquitectura religiosa contemporánea, espiritual si se quiere, que se revela como la más pura representación del espacio creado (o espacio sacro, semánticamente lo mismo da en esta ocasión) ¿Es la Casa de la Meditación un lugar alejado de la realidad diaria, o un intento de acercamiento a la desnudez (real, metafórica) que propone el mundo oriental? Tadao sabe de eso. No importa que su vida religiosa se incline hacia el sintoísmo para abordar perfectas materializaciones del templo cristiano como la Iglesia de la Luz.

Tadao Ando
Quizás muchos piensen que la arquitectura religiosa es un punto anacrónica, que no sirve a las necesidades sociales modernas. Sin embargo yo lo veo como una pureza formal que no podría realizarse en otro ámbito, que permite reencontrarnos (otros reencontrarán a Dios, por supuesto) y que llenaremos a solas, con lo que llevemos al entrar por la puerta, sin iconos (irónico decir esto de un templo) ni objetos superfluos. Claro, da miedo. Si somos un ser humano miserable, llenaremos el espacio de lo ídem. Y eso impone.

Peter Zumthor

En un mundo repleto de necesidades autoimpuestas, la mirada hacia el valor espiritual puede resultar muy estimulante. Y de eso los japoneses saben un rato. O sabían.
Mientras, y siendo incapaz de tirar por la ventana aquello que representa mi vida ya vivida en forma de recuerdos, fotos, correos electrónicos y morralla, agradezco poder introducirme aquí. Que haya una cruz o no, importa poco.

Trahan Architects



4 comentarios:

  1. ¡Qué acierto con las fotos! Comparto la debilidad por esas líneas de "paz"...
    Agún día tocará visitar esos espacios. Admiro la delicadeza con la que algunos crean esa atmósfera.
    Ando, intenta establecer un vínculo entre los ámbitos religiosos y la naturaleza, claro que uno no puede actuar donde quiere y en ocasiones lo hace sobre naturaleza "artificial". Cuando visito lugares en los que la fuerza de la naturaleza es brutal, así como su belleza, muchas veces me pregunto qué harían los grandes en ese sitio.
    Como ejemplo, una imágen del nacedero del río Urederra (agua-bella) que está cerca de Estella. Su color azul turquesa en medio de un bosque de verdes es alucinante. Siguiendo los primeros saltos y cascadas, vas llegando a lagos de película (en los que de pequeños nos hemos bañado pero no os ilusionéis que ahora ya no dejan)http://bit.ly/jV6glZ
    Bonita entrada P.

    ResponderEliminar
  2. totalmente de acuerdo, diseñar espacios para exaltar la espiritualidad, y facilitar la abstracción es más que necesario... a pesar de la tendencia de los españoles (los jóvenes más especificamente) de ejercitar esta parte del pensamiento.
    Espacios religiosos, ya sean antiguos o nuevos suelen albergar arquitecturas puras, atmósferas profundas... donde concetrarse.
    Que se creen nuevos, resulta muy interesante, pero ante la gran cantidad de iglesias que puede albergar una ciudad española, y su poca afluencia actual... por qué no albergar en ellas otro tipo de programa que pueda enriquecerse de esos espacios, y ser más aprovechada por la gente??
    existe algún ejemplo que mantiene intacto el patrimonio, y lo más importante, cuyo programa mantiene la atmósfera de la que hablamos:

    http://www.plataformaarquitectura.cl/2011/02/21/libreria-selexyz-dominicanen-merkx-girod-architecten/

    ResponderEliminar
  3. Mira por donde, era uno de los ejemplos que iba a colgar. Sí, sin duda. Es una pasada esa intervención en la iglesia de Maastricht, la descubrí en un número de Diseño Interior, y resulta fascinante el nivel de complicidad entre lo nuevo y lo viejo, entre la intensidad de la piedra y la línea recta de la estructura de acero. Lo único que me resulta un tanto extraño es la mesa en forma de cruz, pero supongo que es un guiño necesario. Desde luego es una pena ver esos grandes espacios sin un fluir de personas que les otorguen vida. Lo que me temo es que intervenir en ellos debe ser especialmente difícil en España. Mucha gente pondría el grito en el cielo (nunca mejor dicho)

    Uxu: Gracias! Vaya pasada de lugar... desde luego en Navarra hay lugares fascinantes en la vuelta de cada esquina. Durante el camino de Santiago, fue la zona que más disfruté.

    ResponderEliminar
  4. me enorgullece comunicaros que hace pocos días estuve en uno de esos lugares que te invita a "conocerte por dentro", que te permite abandonar tu cuerpo y dejar volar tu mente, y este lugar no estaba (o casi) vinculado a la religión. Se trata de un pequeño pabellón que han llamado "misterio" que forma parte de la renovación del santuario de Arantzazu, obra de AH asociados. En principio, el argumento de esta obra era el albergar una obra de oteiza con un valor especial, aunque finalmente la escultura se ubicó fuera, y, al menos en mi opinión, perdió todo su interés. Sin embargo el pabellón, que no tiene "ningún uso", parece enmarcar el propio entonrno (la roca, el paisaje, el olor,...), invitándote a fijarte en sus detalles y a reflexionar. Además, su pequeña escala está pensada para impulsar su disfrute en solitario.

    http://www.plataformaarquitectura.cl/2009/06/16/renovacion-arantzazu-2001-ah-asociados/

    por otro lado, sobre buscar nuevos usos a iglesias y templos religiosos, conozco otro par de ejemplos, aunque no tan "glamourosos". Una Iglesia-youth hostel en Edimburgo, en dónde tuve la suerte de despertar con la luz de colores que se filtraba por sus vidrieras. Y otra iglesia reconvertida en discoteca en Bruselas, en frente del jardín botánico!!

    ResponderEliminar

ÚLTIMAS ENTRADAS