jueves, 24 de marzo de 2011

fuera de escala

Por incongruente que pueda parecer, voy a empezar introduciendo mi ciudad, con otra muy distinta. Me remonto entonces a mediados del año pasado, cuando una de las muchas personas que me crucé en el camino de Santiago, un chaval oriundo de Bilbao, me ofrecía conversación en un albergue. Hablando de esto y aquello, acabamos, como seguramente es lógico, centrándonos en las bondades de la ciudad del Nervión. Pasado un rato, me comenta, algo sorprendido "Vaya, vas a conocer mucho mejor mi ciudad que yo mismo".

Me quedé con la frase, y para mis adentros pensé que sería cosa de la fascinación. Dejando de lado nuestras profesiones y debilidades, ya he (hemos) comprobado hasta que punto es importante escudriñar el entorno inmediato con un punto de vista ejercitado. Ya en ARKTRS, nuestro espacio, tenemos ejemplos como este, o este.

La fascinación es entonces, otro punto de vista, inherente a la infancia, a la capacidad de sorpresa innata con la que nacemos, y por desgracia, parece que perdemos por el camino. Y ya que con toda seguridad, el buen arkitiritero se deja seducir por el poder de la fascinación, me propuse redescubrir Valencia alterando mi propia escala. Aunque mi ciudad, mutante como ella sola, haga gala de una humilde verticalidad, poco a poco se ha visto desprendida de su carácter humanista. Bien, esa imperfección, esa vorágine urbana que se aleja del buen hacer de pie de calle, para acabar sirviendo a oscuros propósitos, es, en sí misma, muy humana. Cuando pienso en mapas urbanos perfectos, utópicos, no puedo evitar volver a imaginarme una megápolis salida de 1984, o Un Mundo Feliz. (o incluso de la imaginación de Ron Herron, o el propio Le Corbusier)
Yo sé que Valencia es, un día como hoy, mi ciudad. Pero me veo en la obligación de empequeñecer, levantar de nuevo la mirada, imaginar que estiro de la mano de mi padre, mientras vuelvo a ser un niño. Creo que es un buen modo de aproximarse a la belleza que contiene, pues el niño, todo lo que le rodea, lo encuentra digno de interés. Sí, éste existe hasta en las ciclópeas viviendas colectivas de mediados de los 60'

Una muestra del intento, en clave fotográfica:









En la novela El Guardián entre en Centeno, Holden Caulfield se pregunta insistentemente dónde se esconden los patos de Central Park en invierno, cuando ya se ha congelado el lago. Yo creo que los arkitiriteros se preguntan cosas parecidas, cada vez que pasean por su ciudad, o cualquier otra. Nuestra profesión tiene muchas miradas, es caleidoscópica. Y una de ellas, nos remonta a una edad, en la que todo está por descubrir.



Esta es la llamada "finca de hierro", situada casi en el centro geométrico de mi ciudad, calle Xàtiva con Plaza San Agustín. De las primeras construcciones de estructura metálica, durante bastante tiempo fue el edificio más alto de la ciudad, y aún hoy, sobresale su volumen desafiante, casi con los modales de un robot de serie pulp japonesa. Incluso con eso que llaman cobarde equidistancia, la finca de hierro queda desfavorecida. Y aún así, alberga una magia y poder visual seguramente más estimulante que la faraónica Ciudad de las Ciencias.


2 comentarios:

  1. Pablo!Qué razón tienes!! Me ha encantado lo qué y cómo lo dices!!...
    Sabía yo que no era la única la que ve belleza en las viviendas sociales, barrios oscuros...etc. Sabía yo que era algo común de la especie arkitiritera. Veo que empezamos a definirnos, a ver qué somos, a ver qué vemos. Mirar hacia arriba...con ojos de niño, mientras esos aleros no paran de sorprendernos... Cuantas veces habremos fotografiado la misma casa, la misma cosa...sin saber muy bien por qué. Simplemente la tenemos una y otra vez. Esa imágen que queremos retener siempre que pasamos por allí.
    Algún día os contaré mi teoría de las gotas del café...aunque me temo que a algunos ya les he dado la pelmada con el temita.
    Enhorabuena.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, me alegra que te haya parecido estimulante la entrada. :) Para el primer post quería dejar un poco de lado el tono "profesional", y ser más cercano. Entrenar nuevas miradas! ;)

    ResponderEliminar

ÚLTIMAS ENTRADAS